lunes, septiembre 20

En 1984 ocurrió todo

Y de repente la sangre se mueve a más velocidad de lo normal, los latidos se sienten más fuertes y parece que el corazón fuera a salirse del pecho, porque no tiene espacio para retorcerse dignamente en proporción a la angustia que siente. Es de repente, sin avisar, sin que pase nada, sólo de repente noto cómo se me va la cabeza al infierno, un lugar donde el tiempo no corre cuando quieres que pase más deprisa, donde el cielo tiene ese color que no soportas, la gente decente se funde y los indecentes viven para siempre. Es allí donde está mi cabeza ahora, quemándose poco a poco sin llegar a consumirse del todo.

Mis movimientos se tornan extraños. ¿Desesperados quizás? No puedo dejar de moverme, creo que si estuviera quieta...

Y tal como viene se va. Dejando un pequeño rastro de inexistencia y vergüenza. Intento hacer como si no pasara nada, pero mi doblepensar aún no es lo suficientemente fuerte como para engañarme a mí misma sobre esto. Debería volver a leer "1984" y aprender de la sociedad del Gran Hermano, continuo engaño, continua ingenuidad. Gran libro. Sólo una mente perturbada podría haber escrito eso.

domingo, septiembre 19

Preguntas

Sentada en una postura imposible sobre una silla, con la mirada perdida pero realmente en su sitio, levantó los ojos y se oyó una pregunta:

- ¿En qué piensas?- dijo al verla fijar sus ojos en un lugar imaginario.

- En todo y en nada- respondió ella ambiguamente.

Le gustaban las respuestas ambiguas. Vivía de ellas, eran su alimento. Una respuesta de ese tipo equivale a no tener que mostrar lo que tienes dentro, algo que a ella le resultaba harto complicado. En ese caso, no podía decir lo que rondaba en su cabeza, ni le salían las palabras ni era el momento para ello, la luz tampoco era la adecuada y la temperatura era más baja de lo normal. No, no era el momento o quizás eran un millón de excusas para hacer que no lo fuera. Qué importa. Prefirió optar por la respuesta que no era respuesta.

Además, no era quien esperaba que la preguntara. Era otro rostro, con otro nombre y por mucho que le mirara, seguía siendo el mismo.

viernes, septiembre 17

Maldecir

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" pienso y recito de memoria, aunque no consigo recordar mucho más.Ah, sí, seguía: "al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar".

En unos días me convertiré en peregrina, algo que siempre había deseado. Poco a poco se van cumpliendo cosas que uno lleva a rastras en su cabeza y que se ven demasiado lejanas, como planes nunca realizados, algo utópicos. Aunque nunca me gustó planificar. Planificar significa atarte a una idea, pensar que va a ocurrir cuando sabes que no puedes controlar las infinitas variables que hay a tu alrededor y conspiran para que nunca pase. Prefiero dejar simplemente que venga. No se me podría tachar de estoica.

En unos días, maldeciré ser peregrina.

martes, septiembre 14

Espejos

No sé si soy yo o quién es la que vive en mí. Cuando me miro al espejo a veces no me veo. No reconozco mis palabras cuando salen de mi boca. Ni sé lo que palpo cuando mis manos recorren cualquier superficie. Quiero ser yo y no otra. Que mi mente no me engañe más en este juego de paranoias imposibles, pues puede que un día mi cabeza sea débil y se deje llevar por el engaño ocasionando innumerables destrozos y entonces todo será nada y lo que pensé que era real se tornará mentira en una hoguera de recuerdos.

Quitaré los espejos de mi casa, por si acaso...

domingo, septiembre 12

Ojos cansados

No sé qué pasa porque no lo entiendo del todo. El cielo antes estaba oscuro y en un momento logramos ver el sol naciendo otro día más. ¿Uno más? No busco la perfección, un día perfecto no es aquel donde no pasa nada malo. Creo en la imperfección como forma de vida y no por conformismo. Lo perfecto aburre, no tiene contrastes de ningún tipo. No puedes discernir entre algo bueno, algo extraordinario y algo normal en un día perfecto, porque todo es a tus ojos maravilloso. Me gusta tener que descubrir cuando lo vivo qué es cada cosa y tumbarme en la cama con una sonrisa en la boca pensando que, a pesar de que se haya nublado un poco, la luz ha sido más fuerte.

viernes, septiembre 10

Algo azul entre gigantes

Me levanto sumamente pronto y no me encuentro en mi casa. Todo está distinto. Mi cama no es mi cama, mis paredes no son verdes, mi soledad no está. Mis ojos se acostumbran a la tenue luz que llega por el resquicio de la ventana. Otra vez esa luz blanca de la mañana que tan pocas veces soy capaz de disfrutar. Me levanto con dificultad en aquel sitio extraño pero a la vez tan acogedor. La lejanía ha desaparecido un poco, pero aún veo su sombra persiguiéndome. No quiero que me encuentre, intentaré correr y me iré lejos de la lejanía. ¿Cuánto de lejos tengo que irme para estar lejos?

Cogí el coche tras una breve despedida entre todo tipo de ruidos nuevos para mí. Y me fui, lejos, muy lejos. Me fui donde esa casa azul que tantas veces he visto. Hasta allí huí para verla intentar crecer entre dos gigantes sin conseguir siquiera un mílímetro de más. Una lucha eterna. La inmortalicé, pero nunca consigo crear lo que veo. La maldición de ver la realidad de otra forma, de dejarte engañar (o no) por los sentidos.

La inmortalicé, qué importa. Ahí quedará hasta cuando ya no me acuerde de ella.

domingo, septiembre 5

Un día

Recuerdo que hace un par de veranos una mujer, indigente, se apostó en un banco que hay en un parque justo en frente de mi casa. Se quedó allí durante unas semanas con su perro, su saco de dormir y sus pocas pero valiosas pertenencias, pues eran las únicas.

Entonces un día una mujer se la acercó para hablar con ella. Iba todas las tardes a pasar un rato con la señora que había hecho del banco su cama. Parecía que se entendían. Yo, por mi parte, simplemente observaba desde lejos. Cuando me levantaba siempre esperaba verla en el banco. Era algo tranquilizador lo que me inspiraba esa mujer, pero nunca me acerqué. Estaba ahí, muy tranquila, sin molestar a nadie, hablando, intentando vivir su vida (no sé si por elección o por las circunstancias, siempre me quedó la duda).

Esa mujer tenía algo, un halo por el cual destacaba. Y sólo una persona se "atrevió" a dar el paso y hablar con ella. ¿Prejuicios? Es lo más probable. Cuando ves a alguien de esas características normalmente la primera reacción es alejarse, pensando que no es buena persona. ¿Pero cuál es el criterio para decidir si alguien es bueno o malo?

Un día, desperté y aquella mujer se había marchado, dejando el banco, el parque y mis mañanas vacías.

jueves, septiembre 2

Corto

Mi cabeza anda en otro sitio. Hay algo que me impide centrarme, pero por más que busco no sé lo que es. O sí lo sé, pero no quiero darme cuenta de ello puesto que es algo conocido y debería alejarlo. Alejar palabras y pensamientos. Alejar cultivos de frutos sin sentido.